martes, 2 de diciembre de 2008

VII.- La preservación de la integridad, no estructural, sino moral


Aprovechando la tesitura en la que me encuentro (que estoy borracho), que se acerca el fin de (los tiempos, no) año y no sé aún qué voy a hacer, y que siempre estáis a tiempo de venir (chicas) a mis tutorías, esta semana hablaré de preservar lo que es la piedra angular de todo buen periodista y sobre la que pasamos de puntillas en la lección anterior: la integridad.

La integridad es lo que nos proporciona objetividad, y, a buen seguro, lo que diferencia un buen comunicador de un tipo que se lo pasa de puta madre, que va a fiestas y se tira a las artistas progres buenorras de turno. Por tanto, es algo que se ha de conservar a toda costa.

Sé que durante el devenir de los años recibiréis proposiciones deshonestas por parte de personas sin escrúpulos a cambio de una buena reseña en el medio en que trabajéis, que les ayude a medrar en el mundo en que se mueva: ya sea el artístico, el político, el social, el deportivo, el de sucesos o el de la página de ciencia.

Así, un día no muy lejano, puede que Bertín Osborne se os acerque y os sugiera una felatio de órdago a cambio de una buena crítica de su última película; puede que Chaves os presente a su secretario a cambio de no hablar de la Junta; quizá Diego se ponga en pompa a cambio de una buena… enculada; incluso algunos compañeros de profesión puede que os enseñen fotos de, Dios no lo quiera, alguna glándula mamaria para que le cedáis alguna exclusiva… Pero nunca debéis dejaros cegar por estas insinuaciones porque la honra de un periodista, como dice la canción, se mancha y no brilla más. Ni más ni menos.

Puede que al principio resulte duro, puede que parezca una chorrada, puede que yo no haga lo propio en pro de la integridad, pero creedme: es mucho mejor que no aceptéis ofrecimientos deshonrosos porque al final pasan factura. Además, si los aceptáis, cabremos a menos.

Pasan factura porque nunca sabréis si os estáis acostando con Nuria Bermúdez por amor, o si ella lo que busca realmente es salir en el "Cuore". Y eso os puede destrozar el corazón. Nunca aprenderéis a confiar en nadie, y vuestra vida se volverá un caos de sexo desenfrenado, fiestas, alcohol, drogas, discos y comic gratis, invitaciones a chalets de políticos y a restaurantes caros en donde sólo hallareis la mayor de las soledades, y un deportivo en la puerta.

Así que, mis queridos padawans, antes de morir, digo, de acabar con esta lección, quiero aconsejaros que no os paséis al lado oscuro del periodismo, a menos que queráis terminar escribiendo para "Loka", la "Rolling Stones", o la revista de los 40 subnormales.

Tito Paco

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy señor mio:

Ha dado usted en la clave de este maravilloso mundo que es el periodismo.

OBJETIVIDAD, INTEGRIDAD Y NEUTRALIDAD. Las tres grandes -DAD que todo periodista debe tener en mente (y en sus partes íntimas).

Loada sea su persona por los consejos que usted tan altruísticamente da a jovenzuelos que comienzan en esta ardua tarea.

Es labor nuestra, de usted y mía, que nuestra sapiencia pase de cabeza a cabeza, de mente a mente, para mayor gloria del periodismo.

Ruego me ponga a los pies de su señora, y que Dios nos bendiga.


ATENTAMENTE,

FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS

El funcionario dijo...

¿Y por un pitufo de carne mechada? Soy débil, lo reconozco, mi reino por un pitufo de carne mechada.