Otro de los periodistas de los que se debe huir como del pulicher (ver lección XII) es el denominado periodista goleador.
El goleador, también llamado de modo cariñoso/rencoroso entre los demás compañeros de profesión “el hijoputa”, se caracteriza principalmente por ser capaz de buscar temas e informaciones de una transcendencia importante y de modo exclusivo para su medio.
El goleador, por normal general, suele ser una buena persona, agradable en el trato, y suave al tacto cuando usan cremas noruegas, por lo que también sufre cuando publica un tema que tan sólo él conoce porque sabe que sus compañeros serán reprendidos por los altos mandatarios del medio para los que trabajan, ya que ellos no tenían ni zorra. Es esa empatía la que le hace irresistiblemente hostiable.
A pesar de conocer el destino de sus compañeros cercanos, aunque también competidores, el goleador es un cabrón tan profesional que no puede dejar de hacer su trabajo sean cuales sean las consecuencias.
Como hemos dicho, el goleador suele ser una persona carismática y empática y es ahí donde reside su poder ya que gracias a esas características el goleador de mierda crea y pare una agenda del comunicador que para sí ya la quisiera el mejor de los diplomáticos israelíes.
Lo mejor que pueden hacer los demás competidores es tratarlo bien y convertirse en rémoras de la comunicación que vivan de las migajas informativas que se desprendan de la boca del cerdo goleador.
Ficha:
-Nombre: Periodista goleador (sus compañeros de profesión también lo llaman el hijoputa).
-Medios: En todos lados hay un cabrón de estos.
-Características: Suelen ser buenas personas y agradables profesionales, pero cuando menos lo esperas, el periodista goleador te suelta su gran frase “Mañana te cuelo una”, y ya sabes que al día siguiente habrá sacado una noticia en exclusiva y que por tanto el medio para el que trabajas te dirá cuatro cosas. Siempre hace quedar mal a los demás porque trabaja bien el muy...
-Cómo se combaten: Sólo hay dos formas: o partirle las piernas, lo cual el periodista goleador lo empleará para sacarse una notica de la manga (en plan, “Extra, extra: Comunicador es golpeado por compañeros envidiosos”); o, la más efectiva, robarle la agenda, el móvil y el coche, y acabar con sus medios comunicativos, así ninguna fuente podrá ponerse en contacto con él chivándole el tema del siglo.
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