martes, 31 de marzo de 2009

El periodismo en peligro de extinción


Ahora que la crisis está tan de moda, porque no nos queda otra, y porque los medios de comunicación la han publicitado hasta la saciedad, tengo que hablaros, queridos míos, de que la crisis no sólo atañe a los constructores, a los fontaneros y al carnicero de la esquina, sino que también jode, y bien, a los periodistas.

Para empezar, sólo un botón: el diario Málaga Hoy del Grupo Joly ha despedido recientemente a seis profesionales de la comunicación como el que se corta el pelo y lo dona a una virgen para que le hagan una peluca. Seis despidos que, ya se suman a otros tantos, que son el preludio para algunos más, y que dejan la plantilla del periódico con tan sólo 17 personas. Seis despidos que están incluidos en las 27 patadas en el culo que se han dado en tres de las cabeceras de este gran grupo andaluz, a saber: en "El Día de Córdoba", en "Málaga Hoy" y en "Granada Hoy”.

Una noticia ésta que, además de espeluznante, ha tenido una difusión horrorosa: además de salir en cuatro medios mal contados (finanzas.com, El Imparcial, y la web malagaes.com), los únicos que se han enterado del asunto son los despedidos, sus familiares y los demás compañeros de profesión que están temblando por las esquinas, tratando de predecir cuándo les cae a ellos la guillotina.

Más pirañas en la pecera y a nadie parece importarle. Falta de importancia e interés que por una parte veo lógicas (todo el mundo lo está pasando putas), y por otra lo veo estúpido: porque esto, desde el punto de vista de la información, es un pasote.

Para empezar la información que se nos ofrece desde los medios es una mierda, y si seguimos así, perdiendo trabajadores y profesionales de la información, y lo que es peor, perdiendo cabeceras (El Observador ha publicado que Vocento planea comprar las principales cabeceras del Grupo Joly para, supongo, desmantelarlas), la competencia y la pluralidad informativa se verán mermadas. Y no hace falta que explique lo que esto supone: mierda de información + una única información = mojón que te tragas calentito y humeante.

Y visto el panorama sólo me queda decir: Bon apetit!

miércoles, 4 de marzo de 2009

XV.- El periodismo de investigación

Hoy queridos míos, hablaremos del periodismo de investigación. Y qué mejor manera para hacerlo que emplear un caso de rabiosa actualidad en el cual podamos observar las pautas que ha de seguir un buen comunicador a la hora de desarrollar este arte de difusión.

Así, el caso de Marta del Castillo es un buen caldo de cultivo para realizar labores de investigación periodística, para, de este modo, ir desgranando información cada vez más valiosa y exclusiva del caso con la que mantener informados a los ciudadanos, y ya de paso, convertirlos en expertos en la caligrafía de un asesino.

El periodista de investigación, como bien indica su nombre, se dedica a investigar con el fin de publicar los resultados de sus pesquisas. De este modo, cual perro sabueso o carroñero, el comunicador de los medios sigue el rastro de los hechos para poner en claro el contexto de lo ocurrido, y como objetivo muy secundario, atraer la máxima audiencia posible. Cualquier dato perceptiblemente estúpido puede hacer que la audiencia alcance cotas insospechadas.

Siguiendo con el caso de Marta del Castillo como ejemplo, uno de los métodos de investigación usado por los periodistas del programa de Telecinco Rojo y Negro para obtener datos del caso fue acoger en el programa a la última novia, de 14 años de edad, del presunto asesino de Marta. La joven, de nombre Rocío Pérez, acompañada de su madre, podría haber cobrado por esta intervención, y una entrevista en el programa de esa gran comunicadora nada demagoga Ana Rosa Quintana (de la cual recomendamos encarecidamente su libro Luna de hiel), entre 6.000 y 8.000 euros.

Un método respetable, noble, y serio, con el cual conseguir información periodística de primer orden que presentar al gran público que son los que en última medida deben juzgar a los asesinos de Marta. En este sentido, yo abogo porque los juicios se realicen a través de mensajes de móvil de modo que con tan sólo enviar las palabras CULPABLE o INOCENTE después de VEREDICTO, los ciudadanos ejerzan la mayor de las democracias al sentenciar a sus criminales.

Juicios que se realizarían gracias a la inestimable colaboración de los medios de comunicación que son quienes han de presentar las pruebas más irrefutables en este tipo de casos, usando para ellos a expertos de reconocido prestigio como los calígrafos, los frenólogos y los maestros voodoos.

Tito Paco